Orquesta de cuerda de la OSCyL, Jennifer Moreau, concertino/director

Cámara

- Sala de Cámara
16 € / Abonados OSCYL 8€

 Programa

Edward Elgar (1857 – 1934)
Serenata para cuerdas en Mi menor, Op. 20

Arcangello Corelli (1653 – 1713)
Concerto grosso en re menor, op. 6 nº 4
Concerto grosso en sol menor, op. 6 nº 8, “Fatto per la notte di Natale”

Ástor Piazzolla (1921 – 1992)
Las cuatro estaciones porteñas
(
Arreglo para violín y cuerdas de Leonid Desyatnikov)


El programa de esta noche, interpretado por la sección de cuerdas de la OSCyL, con Jennifer Moreau como concertino y solista, nos propone un viaje musical que va desde el Barroco al siglo xx. Los Concerti Grossi op. 6 Nº 4 y 8 de Arcangello Corelli (1653-1713) siguen el modelo del concerto grosso surgido en las dos últimas décadas del siglo XVII, modelo basado en la oposición entre distintos grupos de instrumentos y en la búsqueda barroquizante de los contrastes de las texturas y de la organización tonal. Del conjunto de conciertos que forman el op. 6 de Corelli, el más famoso es el nº 8,  “Compuesto para la noche de Navidad”, en cuyo último movimiento se evoca la Adoración de los pastores. Un salto en el tiempo nos lleva hasta 1893, año en que Edward Elgar escribe su deliciosa Serenata para cuerdas, obra menor en cuanto a su forma, pero no en lo que respecta al fondo, si bien esta pieza se inscribe dentro de unos parámetros artísticos diferentes a los que motivan sus dos magníficas sinfonías, sus conciertos o sus oratorios. La melancolía, la vivacidad y la intimidad de esta pieza nos evocan el carácter algo naif del poliédrico espíritu de época de la alta sociedad Eduardiana, capaz de conmoverse ante lo puramente sentimental o ante la expresión pomposa de las glorias del Imperio Británico. Por último, un nuevo cambio de tiempo y de espacio, para sumergirnos en el mundo del compositor argentino Ástor Piazzolla (1921-1992) y de su particular visión del tango. Una de sus obras más conocidas son las Cuatro estaciones porteñas, escritas entre 1964 y 1970, para un quinteto formado por bandoneón, violín, contrabajo, piano y guitarra eléctrica. En un principio estas piezas nacieron como movimientos independientes y sin ninguna evocación vivaldiana. Fue Jacques Morelenbaum, quien en 1991, hizo un nuevo arreglo y las reunió bajo el título con que hoy las conocemos, si bien la orquestación que se ha impuesto es la de Leonid Desyatnikov, para violín solista y orquesta de cuerdas. Desyatnikov es el responsable de las conexiones que hoy establecemos con Vivaldi cuando escuchamos la obra ya que fue idea suya introducir en el Verano y en el Invierno porteños citas explícitas del compositor veneciano. Con ello establece un continuo histórico que rompe cualquier tipo de frontera estilística en un diálogo musical ingenioso e intemporal. Y así, el programa de esta noche cierra un círculo en el tiempo.
Julio García Merino (Archivero musical de la OSCyL)

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